The Paramo was once a seabed.
Five million years ago, the waters of this landscape that used to be a sea went down, leaving behind a flat ground and its limestone, white and bare.
"The paramo is a desolate immensity", says Spanish writer Miguel Delibes. He describes the place that was the scenery for many of his writings: "When there are clouds in the sky, the earth looks like the sky and the sky the earth, so unfurnished and inhospitable it is".
Using the words of the writer as a guide, “El Fondo Marino” is constructed as an imaginary documentary, which seeks to unite under the same narrative, the landscape of the paramo (emptied one day of water and now emptied of population) and the portraits of its people.
Said the writer: “the paramo had no beginning and no end. It was such an arduous and open thing that just looking at it made your eyes feel tired ”.
The sea that is no longer there is the cause to this fatigue. Its absence produces uneasiness and its loss is still palpable in the dryness of the steppe, as in the gazes of its people.
El Páramo fue un día un fondo marino.
Hace 5 millones de años, las aguas de este paisaje que antes era mar fueron bajando, dejando atrás el suelo llano, la piedra caliza, blanca y desnuda. “El páramo es una inmensidad desolada y el día que en el cielo hay nubes, la tierra parece el cielo y el cielo la tierra, tan desamueblado e inhóspito que es”, describe Miguel Delibes a este lugar que fue escenario de muchos de sus escritos.
Utilizando como guía las palabras del escritor, “El Fondo Marino” se construye como un documental imaginario, que busca unir en una misma línea narrativa al paisaje de este páramo (vaciado un día de agua y vaciándose ahora de población) con retratos de su gente.
Dice el escritor: “el Páramo no tenía principio ni fin. Era una cosa tan ardua y abierta que sólo de mirarlo se fatigaban los ojos”. El mar que ya no está es quien provoca esta fatiga. Su ausencia produce desazón, su pérdida se palpa en la sequedad de la estepa, en la dureza de las miradas de su pueblo.
The people of the Paramo are leaving, just as Daniel, el Mochuelo and Isidoro, el Estudiante did in the pages of Delibes. They all left, or almost all, scurrying aimlessly, leaving us like fish at low tide, struggling in the sand, in search of oxygen.
However, in order to breathe, we continue to climb the uphill towards the Paramo, like someone looking for the surface. The whipping wind fills our lungs. In a way, it is the sea that returns, as Delibes would once again write: "a gray and purple sea in winter, a green sea in spring, a yellow sea in summer and an ocher sea in autumn, but always a sea."
La gente del Páramo se va, tal y como lo hicieron Daniel, el Mochuelo e Isidoro, el Estudiante, en las páginas de Delibes. Del Páramo se fue también un día este mar, se vació y no volvió a llenarse. Se fueron todos, o casi todos, escurriéndose sin rumbo, dejándonos a nosotros cual peces al bajar la marea, debatiéndonos en la arena, en búsqueda de oxígeno.
Sin embargo, para poder respirar, seguimos subiendo al páramo, como quien busca la superficie. El viento que azota nos llena los pulmones. De cierta forma, es el mar que vuelve, como una vez mas escribiría Delibes: “un mar gris y violáceo en invierno, un mar verde en primavera, un mar amarillo en verano y un mar ocre en otoño, pero siempre un mar”.